El cannabis, además de tomarse solo, también puede ser ingrediente de diversos platos, como postres, y por tanto permite dar rienda suelta a tu creatividad en la cocina combinando el amor por el buen comer con la pasión por el propio cannabis. Hoy te ofrecemos la receta de la leche de cannabis, que se puede beber sola o utilizar en otras recetas, como batidos o platos más elaborados.
QUÉ SE NECESITA:
- Leche entera. Es importante que la leche sea entera y rica en grasas, ya que estas sirven para desligar los cannabinoides del Cannabis y permitir que entren en solución con la leche. La leche semidesnatada o desnatada será menos eficaz en este sentido.
- Canabis.
- Colador y estopilla.
Nota: La cantidad de cada ingrediente dependerá en gran medida de tu tolerancia. Como norma general, puedes empezar utilizando 5-10 g por 250/500 ml de leche, lo que es suficiente para la mayoría de consumidores. Sin embargo, si sueles fumar grandes cantidades de marihuana, puedes cambiar la dosis a 250 ml de leche proporcionalmente.
CÓMO PROCEDER:
- Muele el cannabis hasta obtener un polvo fino (cuanto más fino sea, mejor se mezclará con la leche).
- Vierte la leche en un cazo y caliéntala, pero no la lleves a ebullición.
- Añade el cannabis molido a la leche y mezcla bien.
- Calentar la solución durante una hora manteniendo una temperatura alta pero sin llegar al punto de ebullición. Revuelva de vez en cuando.
- Una vez pasado el tiempo de cocción, apaga el fuego y deja enfriar la leche.
Importante: la leche debe calentarse durante una hora para asegurar la descarboxilación y unión del cannabis. Sin este proceso, los compuestos contenidos en el cannabis no se activarán completamente: el calor es necesario para garantizar que el THC, el CBD y otros cannabinoides hagan su trabajo.
- Cuela la solución a través del colador y la gasa en un recipiente hermético para asegurar que se conserve la materia vegetal.
¡La leche está lista para usar! Ya puedes consumir tu bebida psicoactiva, o utilizarla para preparar otras recetas. Si quieres conservarla, guárdala en el frigorífico y recuerda consumirla antes de la fecha de caducidad que figura en el paquete de la leche.