Beneficios potenciales del cannabis terapéutico en el tratamiento de la leucemia y el linfoma
Bienvenidos a esta guía, donde veremos cómo el cannabis está demostrando ser una planta potencialmente beneficiosa en terapias para el tratamiento de diversos tumores y cómo específicamente puede marcar la diferencia para un tipo de cáncer en particular: la leucemia.
Con la legalización del cannabis medicinal cada vez más extendida en varios estados y países, es importante comprender los posibles beneficios, riesgos y factores que deben tenerse en cuenta en el tratamiento de las patologías del cáncer, en particular para las personas que padecen leucemia y linfoma. En este blog profundizaremos en el tema, arrojando luz sobre las investigaciones actuales, las opciones de tratamiento y consejos prácticos, descubriendo todo lo que hay que saber al respecto.
¿Qué es la leucemia?
Esta enfermedad es parte de una categoría de tumores particulares que atacan a las células sanguíneas en la médula ósea. Su curso implica una proliferación muy rápida de células anormales, llamadas blastos leucémicos, es decir, glóbulos blancos no completamente desarrollados que alteran el funcionamiento normal del sistema inmunológico.
Normalmente, los glóbulos blancos ayudan al cuerpo a combatir infecciones y enfermedades, pero en este caso las células anormales en la sangre se acumulan, superando en número a las células sanguíneas sanas y comprometiendo su capacidad para realizar sus funciones.
Estos factores pueden afectar la salud de las personas de diferentes maneras; cuando las células leucémicas se agolpan en la médula ósea, se produce una reducción en la producción de glóbulos blancos, una condición anormal que tiene como consecuencia un sistema inmunológico debilitado, haciendo que el organismo sea más vulnerable y susceptible a factores externos como bacterias y virus. Las células leucémicas pueden propagarse a la sangre y a los órganos linfáticos, por lo que es esencial un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado.
Además de los glóbulos blancos, esta afección también puede provocar una escasez de glóbulos rojos, lo que a menudo provoca anemia en las personas afectadas. Al reducir la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, la anemia provoca síntomas de fatiga, dificultad para respirar y piel pálida.
Las células leucémicas también pueden interferir con la producción de plaquetas, responsables de la coagulación de la sangre. En consecuencia, pueden presentarse estados de sangrado excesivo, hematomas y sangrado copioso por cortes o heridas, incluso muy superficiales.
La acumulación de blastos puede provocar un agrandamiento de los ganglios linfáticos y del bazo, provocando dolor acompañado de sensación de hinchazón en el abdomen. Al infiltrarse en la médula ósea, las células leucémicas causan dolor en los huesos y las articulaciones, que a menudo se siente en la espalda, las caderas, las costillas y todos los huesos grandes. Esta enfermedad también puede provocar pérdida de peso involuntaria y falta de apetito porque afecta el metabolismo del cuerpo y el bienestar general, además de provocar sudoración en la zona de la ingle y las axilas y debilidad y cansancio crónicos, que se manifiestan principalmente por la noche. El insomnio y la depresión también son síntomas asociados a menudo con la leucemia, que pueden influir en el tratamiento y la calidad de vida de los pacientes, mientras que el motivo de la fatiga suele ser la presencia de anemia.
Los síntomas y efectos específicos pueden variar según el tipo de leucemia, la etapa de la enfermedad y otros factores individuales. La leucemia se clasifica según el pronóstico y la sensibilidad al tratamiento, y algunos pacientes responden mejor a los tratamientos que otros. Un sistema inmunológico debilitado y antecedentes de VIH pueden aumentar el riesgo de desarrollar formas agudas de leucemia y linfoma. Si bien los linfomas son más comunes y pueden afectar el sistema linfático, el origen de la célula cancerosa puede variar entre las diferentes formas de leucemia. Algunas formas son más frecuentes que otras y aunque tienen factores de riesgo en común entre sí, difieren en los síntomas y el curso de la enfermedad. Veamos cómo se manifiestan algunas de las principales formas agudas:
En la leucemia linfoblástica aguda o LLA, los linfoblastos, es decir, las células linfoides inmaduras, se multiplican rápida y agudamente, reemplazando a las células sanas. Esta variante progresa lentamente y requiere tratamiento inmediato y afecta predominantemente a niños más que a adultos. Los síntomas comunes incluyen fatiga, fiebre, hematomas, infecciones frecuentes e inflamación de los ganglios linfáticos.
La leucemia linfocítica crónica (LLC), por otro lado, implica el crecimiento excesivo de linfocitos maduros pero anormales que se acumulan lentamente con el tiempo. Esta forma, a diferencia de la linfoblástica, afecta principalmente a personas mayores y es más común en la población masculina. A menudo se diagnostica de forma incidental durante análisis de sangre de rutina, ya que es posible que los pacientes no presenten síntomas evidentes en las primeras etapas. Los síntomas comunes pueden incluir inflamación de los ganglios linfáticos, fatiga, pérdida de peso e infecciones recurrentes.
En el caso de la leucemia mieloide aguda (LMA), las células mieloides inmaduras (mieloblastos) se multiplican rápidamente, interfiriendo con la producción normal de células sanguíneas. Esta afección puede afectar tanto a niños como a adultos, pero es más común en adultos mayores. Los síntomas pueden incluir fatiga, piel pálida, tendencia a sangrar, infecciones frecuentes y dolor de huesos.
Finalmente, la leucemia mielógena crónica (LMC) se caracteriza por la producción excesiva de granulocitos maduros pero anormales (un tipo de glóbulo blanco). Afecta principalmente a adultos, con mayor incidencia en grupos de mayor edad y, al igual que ocurre con la leucemia linfocítica crónica, a menudo se diagnostica durante análisis de sangre de rutina en la fase crónica, cuando los pacientes pueden estar asintomáticos.
En etapas posteriores, los síntomas pueden incluir fatiga, pérdida de peso, malestar abdominal y agrandamiento del bazo.
Un diagnóstico oportuno de estas condiciones nos permite actuar eficazmente en el tratamiento de estas patologías con el fin de contrarrestar su progresión a través de diversas terapias como quimioterapia, radioterapia, trasplante de células madre y otros fármacos. La radiación se utiliza a menudo como parte de tratamientos de quimioinmunoterapia y radioterapia, que suelen ser la principal arma de ataque para combatir cánceres de la sangre como la leucemia y el linfoma de Hodgkin.
Las neoplasias pueden desarrollarse de dos formas diferentes y se ha identificado una mutación genética relacionada con cada forma que influye en el tipo de tratamiento necesario. La Sociedad Estadounidense del Cáncer proporciona información importante sobre los tratamientos disponibles para los cánceres de la sangre, incluidas diferentes formas de leucemia, y el Journal of Oncology publica periódicamente estudios sobre el pronóstico, la respuesta al tratamiento y la tasa de progresión de las formas agudas de leucemia.
Aunque la respuesta a estos tratamientos en el ámbito medicinal ha demostrado ser eficaz, cuando se utilizan sustancias químicas los efectos secundarios asociados a las mismas no son pocos y muchas veces muy invasivos y debilitantes para el normal funcionamiento del organismo. Por ello, hoy investigaremos los beneficios que ofrece el uso de derivados del cannabis en el tratamiento de esta patología.
Estudios sobre el uso de cannabis terapéutico y cannabinoides en la leucemia
Además de su uso recreativo, la marihuana ha demostrado ser una poderosa forma de terapia gracias al impacto positivo que tiene en nuestro organismo para el tratamiento de diversas afecciones. Los componentes del cannabis sativa, llamados cannabinoides, influyen en nuestra salud a través de su interacción con nuestro sistema endocannabinoide . Entre las sustancias contenidas en la marihuana que han demostrado tener un mayor impacto en nuestro bienestar se encuentran el THC y el CBD con sus propiedades analgésicas, antiespasmódicas, antiinflamatorias y estimulantes del apetito.
Las investigaciones al respecto están en constante desarrollo, pero cada vez más datos y experimentos confirman cuánto potencial hay por descubrir en esta planta. Los tratamientos de quimioinmunoterapia y radioterapia suelen representar la primera línea de tratamiento para pacientes con leucemia y linfoma, pero esto no excluye el beneficio potencial de terapias alternativas que pueden combinarse con estos tratamientos.
Un estudio sobre posibles interacciones entre los derivados del cáñamo y medicamentos comunes para el tratamiento de la leucemia reveló que algunos pares de fitocannabinoides como el CBD y el THC han demostrado efectos sinérgicos para mejorar la actividad tumoral en comparación con el uso individual. Además, estos acoplamientos han demostrado ser eficaces para potenciar los efectos citotóxicos de los fármacos quimioterapéuticos al sensibilizar las células leucémicas a su acción. La conclusión de este estudio es que esta terapia combinada podría reducir la dosis requerida de agentes citotóxicos utilizados en el tratamiento del cáncer manteniendo su efectividad y que por tanto una terapia con cannabis puede complementar los tratamientos de quimioinmunoterapia dando resultados positivos.
Otro estudio realizado en el caso de un paciente de 14 años con una forma muy agresiva de LLA arrojó resultados muy interesantes. El paciente se sometió a quimioterapia estándar y a un trasplante de médula ósea, pero con malos resultados. Al empeorar el estado del paciente, la familia decidió administrarle una terapia a base de extractos de cannabinoides . A lo largo de 78 días, el tratamiento demostró resultados sorprendentemente positivos, sin presentar efectos secundarios tóxicos, a diferencia de las quimioterapias convencionales.
Aunque la investigación aún está en fase de desarrollo, el uso de esta planta ha demostrado ser un excelente aliado en la lucha contra el cáncer : sus compuestos, en particular el THC y el CBD, han demostrado la capacidad de inducir la muerte programada de las células afectadas por el cáncer. (apoptosis) además de ser una gran fuente de alivio al contrarrestar el dolor causado por los síntomas más severos que experimentan muchos pacientes que padecen esta afección.
Además de esto, se ha descubierto cómo los tratamientos con cannabis medicinal pueden dificultar el crecimiento de la angiogénesis, o la creación de nuevos vasos sanguíneos que suministran nutrientes y oxígeno a los tumores. Esta inhibición puede limitar el crecimiento tumoral y la metástasis.
Otros resultados del uso de cannabis medicinal han demostrado la capacidad de frenar la proliferación (crecimiento y división) de las células cancerosas. Por tanto, al reducir las tasas de división celular, el cannabis como terapia puede ayudar a controlar la expansión tumoral.
Entre los beneficios más importantes cuando hablamos de terapias a base de cáñamo se encuentra su potencial antiinflamatorio e inmunomodulador. La inflamación crónica puede promover el desarrollo y la progresión del cáncer; Algunos componentes de la planta, como el cannabidiol , han demostrado efectos antiinflamatorios notables, reduciendo significativamente el ambiente inflamatorio que favorece el crecimiento tumoral.
Los estudios preclínicos han sugerido cómo estas terapias pueden inhibir la propagación de células enfermas a órganos distantes, lo cual es un factor crítico en la progresión del cáncer y los resultados del tratamiento. Al interactuar con diversas vías de señalización implicadas en el crecimiento, la supervivencia y la metástasis de las células cancerosas, los compuestos de cáñamo modulan estas vías, interfiriendo con la progresión del cáncer.
Es importante destacar que, si bien estos resultados son prometedores, gran parte de la investigación se ha realizado en entornos preclínicos (laboratorio y animales) y aún se necesitan más ensayos clínicos en humanos para establecer la seguridad y eficacia de los tratamientos terapéuticos a base de cannabis para el tratamiento del cáncer. Además, es bueno señalar que en los pacientes, las demandas del organismo huésped pueden variar según la fase de la enfermedad y los tratamientos en curso.
El uso del Cannabis como Terapia: ¿Tiene la Marihuana potencial terapéutico para la Leucemia y el Linfoma?
Si bien la investigación aún está en curso, los resultados preliminares ya sugieren que el cannabis puede representar una opción terapéutica complementaria a las terapias convencionales. La leucemia sigue siendo una enfermedad para la que se están investigando y probando nuevos remedios y soluciones. Si usted o alguien que conoce está considerando el uso de cannabis como parte del tratamiento de esta enfermedad, consulte con profesionales de la salud para garantizar un enfoque bien informado y adecuado. a tu situación.
¡Juntos podemos navegar por este complejo panorama y esforzarnos por lograr mejores resultados en el tratamiento de la leucemia!
2 comentarios
Vorrei essere in contatto al numero 3336620659
Oltre al fatidico non si preoccupi, bisogna tenere sotto controllo l’evoluzione, ci si aspetta che insorgano patologie per intervenire poi con cure che avete ben riferito.
Ma bisogna aspettare o incominciare ad assumere prodotti a base di cannabis per poter aiutare il corpo, e la mente, per contrastare questa malattia? In regione Campania il servizio sanitario predispone il protocollo per l’uso della cannabis terapeutica, ma per questa malattia ci sono ematologia che possono prescriverla? Grazie mille